La historia de Debra Glitter: El libro. El espacio para la creatividad, el espacio para el individuo.

La Plataforma de Apoyo a Emprendedores busca crear un sistema de acompañamiento y transferencia de herramientas para organizaciones jóvenes de la región que trabajen exclusivamente por la ampliación de derechos políticos, civiles y sociales en América Latina y que posean escasos recursos o que se encuentren en desarrollo incipiente. Para ello, desde Mucho con Poco hemos invitado a expertos y activistas de toda la región a ofrecer acompañamiento a organizaciones jóvenes latinoamericanas.

En esta oportunidad los invitamos a conocer a Debra Glitter. quien lidera el proyecto Contextos, orientado a promover el cambio en cuanto a la experiencia educativa de los niños en El Salvador.

Seguramente habrán oído alguna vez que por lo menos 1 de cada 4 habitantes de El Salvador vive en un país extranjero por diversas causas. Generalmente ese país extranjero es Estados Unidos. Lo que de seguro no han escuchado frecuentemente son historias de estadounidenses que deciden radicarse en El Salvador. Nuestra líder de hoy, forma parte de ese grupo excepcional. Ella misma nos lo cuenta, “aquí en El Salvador… todo el mundo quiere salir para llegar a los Estados Unidos… y aquí estoy yo, que salgo de los Estados Unidos para llegar a El Salvador porque aquí veo potencial”.

Educación, el derecho de todos y el deber de pocos

En la Constitución de El Salvador de 1983 se puede leer en el artículo 53 que “el derecho a la educación y la cultura es inherente a la persona humana…”. Para este derecho inherente a la persona, El Ministerio de Educación tuvo para 2012 un presupuesto de 827 millones de dólares, que representan sólo el 3.7% del PIB.

A pesar de ser un derecho grabado en las líneas del texto de mayor supremacía, este país contaba según datos de la UNESCO hasta 2004, con una tasa de alfabetización de un poco más del 50% de los jóvenes entre 15 y 24 años. Incluso cuando el acceso gratuito a la educación primaria es garantizado por ley. En este marco, las tasas de alfabetización son aún un tanto más desalentadoras en cuanto al género, ya que son un 10% mayor en los hombres que en las mujeres.

Cuando observamos los datos directamente en el grado de escolarización primaria de los niños entre 4 y 6 años nos encontramos que se trata también de una tasa que no supera al 50% de la población de niños. Aquí El Salvador se encuentra por debajo de la media latinoamericana en cuanto al porcentaje de inscriptos en la educación primaria. Claramente, la baja inserción de los niños dentro del sistema de educación básica tiene fuertes consecuencias sobre el nivel de lectura de la población menor a 12 años. Según el Ministerio de Educación de El Salvador, entre el 55 y el 70% de los estudiantes de nivel básico leen muy por debajo de su nivel de grado, con comprensión limitada del texto verbal.

De la descentralización, la solución

Luego de su paso por la región central de América Latina, Debra Gillter junto a un grupo de amigos diagnosticó que en El Salvador había un problema. La mayoría de las escuelas públicas no tenían libros y los niños aprendían a leer sólo a través del dictado y la memorización, ella misma lo plantea cuando dice “…para mí el problema es obvio, los chicos no hablan, no participan, no hay espacio para la creatividad, no hay espacio para ser individuo en el aula, eso me preocupaba bastante…”

Luego de un trabajo de casi 6 años (y formalmente como organización de casi 2 años), ConTextos se planteó un objetivo claro: promover un tipo de educación para que los estudiantes aprendan a pensar con análisis, profundidad y pensamiento crítico. Principalmente lo que se busca hacer era transformar la experiencia educativa mediante una enseñanza que tuviese otros objetivos además de la lectura en sí misma, como el análisis, la interpretación, la creatividad… el espacio para ser y formarse como individuos.

La clave está en la metodología de trabajo. La idea es generar un involucramiento de la comunidad, creando bibliotecas y construyendo un modelo de formación docente mucho más innovador junto al gobierno. En este marco, la idea de la organización siempre fue tratar de hacer más accesible la posibilidad de construir un proceso educativo mucho más participativo.

Actualmente la organización trabaja en tres escuelas rurales de educación primaria que involucran a 21 profesores, 900 alumnos y casi más de 1000 padres. Durante esa primera etapa del proyecto lograron distribuir 6009 libros nuevos para niños dentro de El Salvador. Sin embargo, los números saben a poco cuando se comparan con lo que Debra nos cuenta, “…Podemos hablar de tasas, resultados, mediciones… pero no es lo más importante… es algo que puedes sentir… un vínculo. La buena escuela no se puede medir con un listado de cosas”.

Es importante subrayar que reconocen que la sola distribución de nuevas lecturas no resuelve el problema, por ello hacen mucho hincapié en los programas de formación docente. Para éstos, la participación del Ministerio de Educación fue clave en el diseño e implementación sobre todo en cuanto al impacto en las necesidades individuales de los niños. Esto último es posible a través de la propuesta de ConTextos, sobre todo por el vínculo que se construye dentro del ámbito de trabajo de los maestros, ya que la organización se traslada a las escuelas cada semana para promover una enseñanza de las técnicas basadas en la situación.

Al fin de cuentas la organización importa

La Comunidad: ConTextos nos demuestra una vez más algo que venimos analizando: el posicionamiento y la construcción de legitimidad social del proyecto en los espacios donde se desarrolla. Debra contaba lo difícil que era en un principio el simple hecho de acercar un libro nuevo a una familia de padres que quizás no habían terminado la escuela. Ella misma lo explica, “los maestros han tenido muchas experiencias negativas, por eso ha sido difícil acercarse, con los padres lo mismo. Quieren empezar pero tienen miedo, es comprensible, nosotros pedimos demasiado, pedimos una participación de todos”. Así, la cuestión está en cómo se logra trabajar no sólo la emoción, sino también la resistencia que muchas veces generan los cambios.

La Vinculación: El caso vuelve a retomar la tesis sobre la importancia de las relaciones entre la organización y los destinatarios de sus servicios, para promover la sustentabilidad de la relación y la solución a la problemática. Así mismo se remarca la importancia de la vinculación junto a otras organizaciones latinoamericanas promoviendo un escenario firme para solucionar la problemática a nivel regional

El Equipo: Aquí, la clave para conseguir los resultados en el tiempo planificado. Debra nos contaba lo difícil que puede resultar esto muchos veces, “…al final la decisión más importante es conseguir a las personas correctas para formar el equipo, obviamente eso no es fácil sobre todo cuando se trata de desvincular a alguien, a una empresa, un donante”

Los Recursos: Saber que en sí mismos no implican un problema. Eso nos lo demuestran los emprendedores sociales de la región que han comenzado con una financiación para luego independizarse a través de la diversificación de sus productos.

La Comunicación: Aquí, las claras y no menos incisivas palabras de la directora de ConTextos son claves para entender la comunicación de una organización, “No hay que hacer algo por hacerlo, o porque todo el mundo lo hace. Hay que hacerlo por una razón y hay que hacerlo bien”. Discutiendo sobre el uso de redes sociales como Facebook y Twitter caímos en la cuenta de la importancia en la planificación estratégica de la comunicación organizacional.

Los salvadoreños por nacimiento y por opción nos traen hoy un claro ejemplo de impacto #MuchoconPoco, nos enseñan que trabajar en educación no se trata simplemente de brindar un servicio, sino de vivir un servicio.

ConTextos, hoy es un proyecto piloto en tres escuelas en las que un gran equipo trabaja duramente promoviendo una educación más inclusiva y más participativa, me pregunto entonces… ¿lograrán convertirse en un modelo para la región?… Ocupémonos de que así sea.

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