Arturo Moh Méndez*
Es difícil hacer una crónica de mi experiencia con los talleres MUCHO CON POCO y hacerle justicia a los pormenores relacionados con la magia de los ponentes, los participantes y la dinámica que logra desarrollar un proyecto lleno de idealismo pero al mismo tiempo de realidad.Al inicio, una invitación mostraba un montón de oportunidades y sin necesidad de ser extensa o explícita sí me dejó entender que era una enorme oportunidad para mi crecimiento como activista y, como lo aprendimos en el taller, como factor del cambio social.Desde la llegada pude darme cuenta de que la gente a la que habían seleccionado para estar presente tenía mucho que ver, no sólo con mi forma de mirar el mundo, sino con la congruencia que, en mi opinión, debe caracterizar el trabajo de cualquier persona que se precie de querer lograr un cambio real en la sociedad. Poco a poco fui entendiendo que ponentes y participantes, eran personas comprometidas con sus proyectos pero sobretodo que creían profundamente en la capacidad que tenemos como seres humanos de aprender de cualquier experiencia y persona que se atraviesa en nuestro camino y en aplicar esa nueva experiencia al trabajo de todos los días.Hicimos reflexiones acerca del movimiento social en México, actividad que a pesar de parecer lógica es uno de las mayores carencias del trabajo social en nuestro país; sin un análisis de la realidad puntual todos los proyectos se quedan en buenos deseos. Cada una de las ponencias me dejaban nuevas enseñanzas e ideas. Organización, liderazgo efectivo, comunicación y aprovechamiento de las tecnológicas de la información fueron algunas de las herramientas que revisamos, pero sobretodo el entender que desde diferentes latitudes a nivel mundial existen personas que entregan su tiempo y trabajo para intentar hacer este mundo un lugar más democrático y por lo tanto más justo para todos.Al final, el momento más relevante fue cuando me di cuenta de que, a diferencia mía, muchas de las personas que estaban tomando el taller se consideran factores de cambio en sus comunidades y que yo, al vivir en un núcleo urbano, creo que sólo puedo incidir en la vida social a través de un movimiento de masas. Nada más falso que esto, pues pasito a pasito con cada uno de los esfuerzos que emprendemos día a día, lo creamos o no, hacemos una sociedad cada vez más lista para el cambio.Al final creo que hacer MUCHO CON POCO se resume en transformar, con la ayuda de nuestras capacidades, ideales y nuestro equipo de trabajo, ese poco en mucho, mucho más.*Arturo Moh Méndez, quien participó en los talleres Mucho con Poco en Oaxaca, es parte en el proyecto "Diarios de la Nación