Montserrat Narro Ibargüengoitia*
Hace unas semanas tuve la oportunidad de participar en los talleres Mucho con Poco en la ciudad de Oaxaca. Fue una gran experiencia que valió por completo las veintiocho horas de carretera que nos aventamos en ida y vuelta a Guadalajara. La mayor riqueza que tuvo este taller fue, a mi parecer, la gente invitada, tanto panelistas como organizadores y asistentes. Venir de contextos diferentes, Ciudad de México, Guadalajara, Puebla y Oaxaca, nos permitió compartir experiencias y problemas para luego aportar desde las diferentes ópticas y experiencias que cada uno tenemos, logrando abrir el panorama a otras interpretaciones. La diferencia en cómo nos situamos en una ciudad grande y apresurada o en una comunidad que se asume como tal determina el modo en el que planteamos soluciones o abordamos problemas.En uno de los talleres, al preguntarnos la ponente por qué somos un factor de cambio, sucedió algo que me llamó mucho la atención. Contrario a lo que había sucedido con otras preguntas, los participantes del Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA) de Oaxaca fueron los primeros en responder, sin dudar, por qué ellos son factores de cambio en sus comunidades. Los que veníamos de “grandes ciudades” no respondimos, nos la pensamos más, dudamos de si en realidad éramos un “factor de cambio” (el concepto sonaba grande e imponente). ¿Por qué no considerarnos factor de cambio? Comentando esto con una compañera de Puebla, pensamos que tal vez hemos desvalorizado las cosas simples, pequeñitas, cuando el ritmo de vida que llevamos nos exige cosas grandes y extraordinarias. El intercambio de opiniones, ideas, soluciones, problemas, experiencias y esperanzas que tuvimos en Oaxaca fue una cosa pequeña, sencilla, de un fin de semana, pero que contribuye a nuestra formación y a nuestra reflexión de lo que hacemos y por qué lo hacemos. Aprender a escuchar al otro, preguntar, formar opiniones, son cosas sencillas y pequeñas con las que podemos lograr otras más grandes. Montserrat Narro Ibargüengoitia participó de los talleres Mucho con Poco en Oaxaca, México