Javier Andrés Montaño*
Mi nombre es Javier Andrés Montaño, soy psicólogo y desde hace 12 años que dirijo voluntariados. Por una invitación del Lic. Ricardo López acepté exponer las formas de organización internas de A-Brazos Urbanos, especialmente la particular manera que tenemos de gestionar el talento humano. Intentaré resumir un poco la exposición. A-Brazos Urbanos, que recientemente cumplió 5 años, es una comunidad de voluntarios independiente que genera sus propios recursos a partir de distintas estrategias para alcanzar todos sus objetivos. Hasta la fecha somos aproximadamente 45 voluntarios activos, y durante estos cinco años hemos diseñado y ejecutado decenas de proyectos solidarios a organizaciones con la eficiencia de cualquier empresa o fundación, y con los mismos grados de exigencia, logrando cientos de horas de trabajo voluntario y canalizando miles de dólares en donaciones y auspicios. Todo ello se ha logrado a través de una excelente gestión del talento humano que se centra en la persona, en el voluntario.Todo comienza con una visión clara del asunto (“somos una comunidad espiritual de voluntarios al servicio de las ciudades que realizan proyectos de solidaridad sostenibles a poblaciones en estado de marginalidad, crisis o que experimenten algún tipo de necesidad”). Si la visión está clara cada miembro del equipo entiende la experiencia voluntaria como un tiempo de discernimiento, que puede tomar algunos años. Este discernimiento es personal y en comunidad, y el fruto es la propuesta de una organización o un proyecto específico para la sociedad que el voluntario llegará a liderizar. Todo esto implica un verdadero centrarse en la persona, escuchando o explorando el sentido de vida particular del voluntario para ver cómo puede articularse a alguno de nuestros proyectos e identificar una pasión lo suficientemente emocionante que promueva un verdadero compromiso. Pensamos que esto es una verdadera humanización institucional.A partir de esto, los demás procesos administrativos se adecuan a la situación voluntaria (definida, entre otras cosas por la carencia de salarios). Todos nuestros procesos -que se han ido haciendo en discernimiento, con paciencia y con la superación de muchos errores- se basan en una sólida cultura organizacional. Los valores ignacianos han estado siempre presentes en el equipo, el equipo que se define como comunidad espiritual y tiene una inspiración católica, pero la fe no es un requisito – incluso tenemos algunos voluntarios que se declaran ateos- sin embargo, lejos de evitar el asunto, promueve espacios espirituales, retiros e incluso ejercicios espirituales para algunos, y espacios de meditación, o experiencias conjuntas con miembros de otra fe para otros. Vivimos un ecumenismo. La autogestión y el invertir tanta energía en espacios de esparcimiento comunitario –cafecitos, pizzas, cines, discotecas- como en nuestros propios proyectos complementan los valores esenciales de nuestra intervención. Existe también un principio de discernimiento antes de lanzarnos a algún proyecto, lo que implica diálogo, propuestas pero sobre todo capacitación. Por ello creamos PROLISOS, proyecto de líderes solidarios, que es un espacio gratuito de potenciación y formación juvenil que dura un año y asegura la experiencia comunitaria y la sostenibilidad de nuestra intervención. Estos procesos de potenciación humana han asegurado el éxito de nuestros proyectos. El equipo se siente muy agradecido por haber sido invitado a compartir estas experiencias con los jóvenes maravillosos asistentes a los talleres de MUCHO CON POCO y estaremos comprometidos para aquellos que realicen en un futuro.*Javier Andrés Montaño,quien participó como expositor en el taller de Mucho con Poco en Bolivia, es Director de A-Brazos Urbanos.
- See more at: http://www.muchoconpoco.org/capacitacion/83#sthash.vDx0dQg3.dpuf